domingo, 20 de mayo de 2012

Capitulo 21:Hidrofobia

Sin darme cuenta, ya estaba en Hogwarts. Volviendo a la rutina, con mis amigos y con mis no amigos. El "casi beso" con Adam estuvo presente durante el resto de las vacaciones, no podía de dejar de pensar que hubiera pasado si Stan no hubiera aparecido. Hasta soporte mejor todos los cariñitos de Rebecca hacia Stan, me resbala, solo pensaba en Adam.
Nunca llegue a preguntarle a Stan lo que había hablado con Adam, seguramente cosas de hermano mayor.
Llegue ilusionada al colegio, rescontrándome con todos. Le conté todo lo pasado en Nochebuena a Natalie, se emocionó más que yo. Estas saliendo con el chico más guapo del colegio después de Sam me repetía una y otra vez.
Pero esa ilusión se esfumo con los días, Adam no me dirigía ni la mirada. Pensé que era por vergüenza, pero después de 2 semanas me parecía raro, intente hablar con él, me esquivaba. Hasta que por fin logre hablar con él, y creo que fue lo peor que hecho en mi vida. No te hagas ilusiones, el ponche me sentó mal, además ni se considera un beso. Fue lo único que me dijo. El golpe que se llevó de mi parte fue increíble, tanto que hasta sangro de la nariz, no la rompí, que pena. Así que mi alegría se esfumo. Como le odio.
Menos mal que están mis amigos, la clases con Teddy para desahogarme (aunque siempre me controlo mucho con el) y la profesora Trelawney, que cada día está más loca. Ahora quiere que escriba mis sueños, por si acaso son proféticos. Todos los días me tengo que inventármelos, porque la mayoría de mis sueños son con Adam y estoy segura que estos no se van a cumplir.
Estábamos a lunes por la mañana, ahora teníamos Defensas contra las Artes Oscuras con el profesor Thurston. El llego, pronto como siempre.
-Levántense-Todos le hicimos caso y con un chasquido hizo desaparecer todos los bancos y mesas- Hoy tendremos una clase práctica muy sencilla. Pónganse en fila.
Seguimos sus órdenes y nos pusimos en fila, yo estaba más o menos al final de la fila.
-Hoy trabajaremos con unos seres que todos ustedes conocen, y que todos han vencido en cursos anteriores- Con un movimiento de varita apareció un armario pequeño de madera. El armario se movía, como si hubiera alguien dentro de el- ¿Alguien sabe que hay dentro del armario?
-Un boggart, señor. -Dijo Adam
-Perfecto, señor Bennet. El Ministerio quiere entrenarles mejor y dijeron que todos los años se enfrentaran a sus miedos más profundos.
-Yo nunca me enfrentado a un boggart-dije en bajo a Natalie.
-No te preocupes, el profesor está aquí no ayudara.
Eso no me aliviaba para nada. Entonces empezó la práctica. Vi como todos pasaban sus prácticas sin problemas. Había todo tipo de miedos, por ejemplo a Jerry le dan miedo las abejas, a Marcus (amigo de Bianca, al que Cassidy disloco el hombro) le da miedo que se le caigan los dientes, a una de mis compañeras de habitación tiene miedo de que la gente le dé lado por enamorarse de squib (cosa que nadie hizo, solo hubo risas por parte de Bianca y su grupo). Algunos miedos eran tontos comparados con el mío. Otros eran muy raros, como el de Binca y Adam, su miedo era yo. No lo entendía, yo ni nadie. Y me parecía muy raro que usaran contra "mi" el hechizo Ridiculus.
Por otra parte, también había miedos relacionados con la familia, como el de Natalie, que su gran miedo es decepcionar a su familia, por no cuidar a su hermano, que según ella es el único que tiene futuro en su familia. Cosa de la que estoy completamente en desacuerdo, como puede pensar que ella no es nada en su familia. No se valora como debería.
También, pude descubrir algo en la historia de Sam, ya que su peor miedo se manifestó en forma de mujer, una mujer esbelta de cabellos oscuros. Sam se puso blanco como la tiza y en menos de dos segundos la hizo desaparecer. ¿Quién será esa mujer?
Después de tantos miedos, ahora me tocaba a mí. Enfrente del boggart, que estaba con la forma del anterior miedo, las piernas me empezaron a temblar y respire con dificultad.
-Preparada señorita Calaway-Dijo el profesor.
Yo en respuesta me acerque al boggart. Y comenzó la agonía. En unos segundos me rodearon cuatro paredes de cristal, y se cerraron dejándome encerrada en la caja de cristal.
Me empecé a poner nerviosa, porque sabía que esto era lo mínimo que iba a pasar. Mire al profesor que me estaba haciendo señales para que realizara el hechizo. Yo lo iba hacer, pero llego lo que más temía, de debajo de mi surgió agua, cada vez más y más. Quise hacer el hechizo pero no podía, me quede congelada en pequeño espacio que tenía. El agua me llegaba a la cintura, el profesor no hacía nada, y estaba nerviosísima. ¿Porque no me ayuda? ¿Me va a dejar aquí? Al ver que el profesor lo único que hacía era hacer estúpidas señas, decidí chillar que no podía hacer el hechizo que tenía miedo, que me castigara si hiciera falta pero que me sacase de aquí.
Chille y chille, pero no me oía, golpee el cristal con fuerza, pero no pasaba nada, yo seguí golpeando, incluso que sangre de los nudillos. El agua me llegaba al cuello, estaba flotando en la caja, quedaba nada para quedarme sin oxígeno, chille golpee y nada. ¿Me iba a dejar morir allí? El miedo incrementaba mientras el agua surgía.
El agua lleno por completo la caja, yo estaba bajo ella. Estaba muerta de miedo. Me iba a quedar ya sin oxígeno. ¡Adiós mundo! cuantas cosas no iba hacer…
CRASH
El cristal se rompió, el agua inundo toda la clase, yo estaba tirada en el suelo. Con un movimiento de varita el profesor metió al boggart en el armario. Yo estaba mojada, no solo del agua de la caja sino por las lágrimas de mis ojos. Estaba temblado no del frío del agua sino del miedo. Respiraba con dificultad. El profesor se acercó a mí.
-¿Se encuentra bien señorita Calaway?
No pude contesta, estaba aterrada. Me levante del suelo y sin mirar a nadie salí de la clase.
Me fui directa a mi habitación, cuando llegue me tire en la cama y llore hasta que me quede dormida.

Me levante, estaba en la cama de mi habitación. Fui directamente a la sala de estar, allí estaba mi madre.
-Cariño, que pronto te has despertado-Dijo ella, estaba más joven.
-Sí, es que el tío dijo que iba a venir y tengo ganas de verle- Dije automáticamente. El tío…
-Tranquila, vendrá ahora. Voy al servicio, ahora vuelvo.
Mi madre subió las escaleras. Y yo seguía esperando a mi tío. Mi querido tío Steve, hermano de mi padre. El mejor de todos, como un padre para mí. Pasaron varios segundos que para mí fueron horas. No podía esperar más. Así que decidí salir a buscarle. Abrí la puerta y salí de la casa. El aire frío movió mis cabellos que eran cortos, que raro después de… nunca había tenido el pelo corto.
Estaba en la cima de la colina, entonces fue cuando lo vi, mi tío estaba abajo de la colina al lado del pequeño lago. Estaba de espaldas a mí, quería chillar su nombre, pero no lo hice, ya que él estaba con dos hombres gigantescos, igual eran sus amigos.
Pero me quedo claro que no cuando uno de ellos le dio un empujón y le dijo algo que no entendí. Mi Tío se encaró a ellos, como siempre hacia, la persona más valiente del mundo y la más fuerte. Sería el mejor auror de la historia.
La cosa se empezó a calentar, empezaron a pelearse, mi tío iba ganado con diferencia. Pero los dos le agarrón por los brazos, eso no me gustó nada. Estaba en apuros, le tenía que ayudar.
Así que baje la colina como pude, esta resbaladiza y mis piernas no sé por qué no eran como las de siempre, eran cortas y débiles. Llegue donde ellos.
-Cassidy, vuelve a casa inmediatamente-Dijo mi tío nada más verme.
-Dejarle en paz-Dije con una voz suave y baja. ¿Dónde está muy voz chillona de siempre? ¿Y mi mal humor?
-Oh que niña más guapa-Dijo uno de ellos, tenía una cicatriz al lado del ojo.
-Si es muy guapa-Dijo el otro-Además se parece muchos a ti-Dijo a mi tío- ¿Es tu hija? Podemos divertirnos con ella un rato.
-Como la toques te juro que te mato-Dijo mi tío forcejeando más.
-Tu a quien vas a matar, si tu vida acaba aquí-Dijo el hombre de la cicatriz, entonces los dos le acercaron al lago.
Yo grite, me acerque a ellos para detenerles, no podían matar a mi tío así como así. El seguía forcejeando pera eran más fuertes. Tire del uno de ellos.
Él se dio la vuelta y me cogió del cuello de la camiseta y me levanto del suelo.
-Suéltala- rugió mi tío. Y ese fue el peor error que pudo cometer mi tío, este despiste hizo que hombre la cicatriz le cogiera de la cabeza y se la sumergiera en el agua.
Yo todavía con los pies en el aire, chille como nunca.
-Ayúdame-Dijo el hombre de la cicatriz.
El otro me tiro, yo intente levantarme lo más rápido que pude, volví donde ellos. El hombre que me había agarrado, volvió a cogerme de la camisa, pero esta vez me dio un gran golpe en la cara, tan grande que me desplome al suelo. Veía borroso, mi tío seguía pataleando. Quise levantarme pero no podía el golpe me había dejado K.O, ¿cómo ese estúpido golpe me ha dejado tan mal? Peores he tenido en mi vida.
Mi vida… como iba a ayudar a mi tío si tenía… 7 años. Mi cuerpo infantil temblaba, me volví a levanta, mi tío estaba muriéndose, pero antes de llegar donde ellos, uno de los dos me volvió a golpear, no una vez sino cuatro veces. Volví a estar en el suelo, no estaba inconsciente, pero casi no me podía mover, oí a mi tío dejando de patalear y a ellos dos triunfantes y después reino el silencio. Varios minutos tirada en el suelo, mi cuerpo me dejo levantarme, mi tío estaba allí, debajo del agua. Lágrimas y lágrimas recorrían mis mejillas. ¡Ha sido culpa mía! No pude hacer nada, incluso le distraje… murió por mi culpa.
Decidí a acercarme al cuerpo. Estaba a escasos centímetros de él cuándo:
-Cassidy-Mi padre estaba en la cima de la colina, bajo la cuesta corriendo y se acercó a mí- ¿Dios que te ha pasado?-Seguramente me lo preguntaba por las marca de mi cara, pero ahora no te preocupes por mí.
Yo no pude ni decir eso, solo lloraba como una niña de mi edad. No podía ni disculparme.
-¿Qué ha pasado?-Pregunto esta vez otra voz.
-Llévate a Cassidy a casa Stan, y dile a Daian que venga.
El pequeño Stan me cogió en brazos y me llevo a casa .En casa, mi madre alteradísima, se fue donde le dijo Stan. Stan se quedó conmigo en el sofá, yo seguía llorando.
-¿Cassisy están bien? Me preguntaba una y otra vez mientras pasaba un algodón a mis heridas.
¿Por qué me preguntan cómo estoy yo? Él es más importante.
-Está muerto-Fue lo único que pude decir antes de que desmayara.

Me desperté de sobresalto, seguía llorando. Hacía tiempo que no soñaba con lo que paso. Y hacía años que no hablamos del tema. Mis padres quisieron llevarme a un psicólogo pero me negué, ¿qué iba hacerme? No iba solucionar mi problema, no iba a resucitar a mi tío. Desde es momento quise ser fuerte, para proteger a los que quiero, la dulce y tímida Cassidy murió ese día, incluso mi pelo corto. Nunca volví a cortarme el pelo. El pelo corto representa una etapa triste de mi vida que no quería recordar.
Mi cama estaba empapada, me levante y con toque de varita lo seque, luego me seque yo.
Y me volví a sentar en ella, no podía de dejar de pensar en su cuerpo inmóvil bajo el agua. Desde entonces me aterraba el agua, nunca aprendí a nadar y creo nunca lo haré, nunca me meteré en una piscina, ni en el agua del mar y menos en un lago. Mi mirada seguía perdida, hasta que algo llamo mi atención: Natalie estaba allí, a los pies de mi cama.
-¿Cómo te encuentras?
-Bien-Mentí.
Me miro de arriba a abajo- Yo creo que no.
Yo me quede en silencio.
-¿Qué paso en clase? ¿Por qué te bloqueaste?
- Un fallo técnico, te dije que nunca me había enfrentado a un boggart-Intente desviar el tema.
-Pues a mí no me pareció ningún fallo técnico, ni a mí ni a todos. Estabas aterrorizada.
-Bueno… todos tenemos miedos, no? Los míos no son tonterías-Chille enojada.
- No lo tuyo no es ninguna tontería. Por eso tendrías que hablar con alguien, no es bueno que te quedes con eso dentro, el profesor Thurton pude ayudarte.
-Ese que casi me deja morir, estas mal. Además estoy bien, llevo años con esto y es mejor así, no quiero contarle nada a nadie.
-Pero Cassidy, no puedes guardártelo e huir del problema porque al final te alcanzara, como ha hecho hoy.
Hay tenía razón, no podía huir y menos de eso.
-Tienes razón.- me quede callada, como se lo iba a contar. Igual me odiaba, no pude salvar a mi tío.
-Pues contar conmigo para lo que necesites.
Eso me hizo fuerte y se lo conté todo. Lo que paso, como luche por mi tío, como no lo conseguí, como me sentía y como lo pasaron mis padres. Nunca había visto a mi padre tan triste.
-Eras una niña, no podías hacer nada. E hiciste mucho para ser una niña-Fue lo primero que dijo.
-Pero está muerto… es mi culpa.-Volví a llorar
-No Cassidy, fuiste muy valiente
- Le quería tanto. Iba ser el mejor auror de la historia- Lloraba con más intensidad.
-Cassidy-Me abrazo- Lo has tenido que pasa horrible, no te lo mereces.
-Todos lo que quiero se alejan, mi tío, Stan, Adam…
-Tienes a tus padres, a Jerry y a mí. No te vamos a dejar.
Seguía llorando, me sentía desgraciada. Pero contar todo a Natalie y sentir su apoyo me ayuda muchísimo. Para que necesitar un psicólogo estando Natalie.
Después de varios minutos llorando y en silencio.
-¿Vamos a comer?-Pregunto ella todavía abrazándome.
-Ahora no tengo hambre, me quedare aquí un rato, si eso luego bajo.
-Vale-Se levantó de la cama y me di un beso en la frente-Ahora vengo.
Antes de dirigirse a la puerta.
-Natalie gracias.
-De nada, para eso están las amigas-Sonrió con esa angelical sonrisa.
Se fue y me dejo en la habitación sola.

Entrada al Gran Comedor.
-¿Cómo se encuentra?-Pregunto Jerry nada más llegar Natalie.
-Ahora bien. Lo ha pasado fatal- Entonces Natalie le conto más o menos la historia a Jerry.
-Por las barbas de Merlín. Pobrecita, no sé cómo lo ha aguantado tanto tiempo sin explotar.
-Es muy fuerte, además se sentía culpable.
-Eso sí que no lo entiendo, que quería tenía 7 años, no es como ahora que nadie se atrevería a tocarla sin recibir un regalito en su cara.
- Lo sé-Dijo apenada.
- Hola-Saludo Sam que se acaba de unir a ellos con Adam.
Los dos saludaron sin ganas.
-Jerry ¿Y Cassidy? ¿Cómo está?
-Está en la habitación, no quería bajar. Está bien-Dijo el
- ¿Porque no quiere bajar? Era un poquito de agua- Dijo arrogante Adam- No es para tanto.
-Un poquito… casi se ahoga-Replico Nat
-Porque ella lo dejo. Podía haberse deshecho de esa agua sin pestañear, no era tan difícil.
-Difícil-Chillo Nat- Como tienes la cara de decir eso, tú no tienes miedo a nada. O si de ella. ¿Y por qué? Porque casi te rompe la nariz o porque eres un estúpido que no sabe tratarla como se merece. Porque lo tuyo no tiene nombre. La tratas fatal y luego la besas ¿para qué? Para hacerla más desgraciada diciendo que no ha sido nada.
-¿La has besado?- Pregunto Sam alucinando- Eso no me lo has dicho.
Adam no contesto, pero Natalie siguió.
-Deberías dejarla en paz. Ni acercarte a ella. Para lo que haces, mejor estar lejos.
Cuando Natalie callo, el ambiente se heló. Todos se quedaron callados.
-Vámonos Jerry, tengo hambre- Dijo Natalie- No aguanto más aquí.
Nat se marchó.
-Ya te vale-Dijo Jerry a Adam, antes de irse- Al final todos te vamos a odiar.- Y este también se fue dentro.
Solo quedaron Sam y Adam en la entrada. Adam no dijo nada.
-¿Qué genio? No sabía que Natalie era así. De Cassidy me lo esperaría, pero ella…-Dijo Sam.
-Estaba protegiendo a su amiga, es normal-dijo Adam
-Pues me gusta, me gusta mucho- Dijo Sam con una sonrisa pícara.
-¿Que la habrá pasado?- Pregunto Adam
-No creo que a ti te lo cuente.
-Lose, soy lo peor.
-Bueno tío- Empujo a Adam-Vamos a comer, que quiero ver la cara de Natalie enfadada, no me había fijado en lo guapa que es.

Habitación de Cassidy.
Mis tripas rugían, pero no me quería enfrentar a todas las miradas del colegio. Pero era eso o morir de hambre, y otra vez no quería estar a punto de morir. Así que me levante de la cama, me limpie las lágrimas y me fui al Gran Comedor.
Llegue al sitio, abrí las gigantescas puertas de maderas. Y como no todos me miraron, yo no hice caso y me dirigí a mi sitio junto a Natalie y Jerry. Mientras me dirigía ahí, el estúpido grupo de Bianca, se empezaron a burlarse de mí. Poniéndose las manos en la garganta como si se estuvieran ahogando. Jack les daba codazos para que pararan, pero no lo hacían. Yo en ese momento me limite a mirarles con odio, pero en realidad lo que quería hacer era coger un trozo de pan o cualquier cosa y arrojársela encima y luego darle patadas sin parar. Pero no lo hice me limite a mirarles y me fui a mi asiento. La comida paso sin ningún problema.
Salimos del Gran Comedor, cuando una mano me agarro por el codo y me saco de la muchedumbre.
-Señorita Calaway, ¿puedo hablar con usted?-Dijo el profesor Thurston.
-Vale-Me limite a decir.
-En mi despacho dentro de 10 minutos-Dijo y se fue.
-Cassidy, ¿Qué quería?-Pregunto Nat mientras se acercaba a mí con Jerry.
-Hablar-dije.

Despacho del profesor Thurston.
-¿Puedo pasar?-Pregunte.
-Claro, adelante.
Entre en su despacho, un despacho normal y corriente. Un poco sombrío para mi gusto, no tenía ninguna foto, ni suya ni de su familia. ¿Tendría mujer e hijos? Me senté en la silla enfrente de él.
-¿Sabes porque está aquí?
Asentí.
-Lo de esta mañana no debe repartirse nunca, cuando salga del colegio no puede permitirse este error. Pude morir.
Me estaba echando la broca, lo que me faltaba. No se pude tener miedo aquí, ¿o qué?
-Sé que es duro enfrentarse a un miedo. Y sobre todo si es como el suyo. Ver a una edad temprana como muere una persona que ama, es horrible.
-Pero… ¿Cómo sabe usted eso?
-Sabía que Steve Calaway murió ahogado, lo demás me lo supuse.
-Que suspicaz-Dije en voz baja.
-Se parece mucho a él. Metiéndose en líos, siempre en el centro de atención, inteligente, bromista…
Cada vez alucinaba más ¿Cómo sabia tanto de mi familia?
-Tuve el placer de conocerle en Hogwarts-Su ironía retumbo por todo el despacho- Sé que no tendrá ganas de contar nada, y menos a mí. Pero le aconsejo que focalice ese miedo por el agua por algo que pueda vencer, así podrá vencer al boggart. Sé que no solucionara el problema pero le ayudara a no morir por una bestia tan patética como un boggart.
-De acuerdo-no sabía cómo lo iba hacer.
-Mañana volveremos con la práctica, espero que este lista.
-Lo estaré- Lo dije no muy convencida. Me levante del asiento y me fui a la puerta. Antes de salir- Gracias profesor.
-De nada-Dijo el con su cara avinagrada.
Fuera de allí, me tenía que ir donde la profesora Trelawney para seguir con nuestras cosas adivinatorias. No me apetecía ir, así que no fui. Mañana me enfrentaría a ella y a sus chaladas. En lugar de eso me fui a mi habitación a pensar como focalizar ese miedo en algo que pudiera vencer.

Mañana siguiente.
Ya estaba otra vez en clase de Defensa contra las Artes Oscuras. Los bancos no estaban, solo estaba el pequeños armario de madera. Todos habían pasado sus miedos, solo faltaba yo.
-Señorita Calaway, es usted la siguiente-Dijo con su voz profunda el profesor.
Yo di un paso adelante, ya sabía cómo focalizar mi miedo. Algo que ahora si podía vencer.
El boggart empezó a transformarse y con éxito se transformó en lo que quería.
-Buenos días señores-Dije a los dos hombres que mataron a mi tío.
Ellos claramente no me contestaron, ahora si podía vencerles o por lo menos intentarlo en las mismas condiciones. Me prepare con Stan me enseño, con los puños arriba ellos se acercaron a mí, y ahí es donde empezó el espectáculo.
Muy lentos, estaba claro que lo fueran porque al ser tan grandes. Fácil de esquivar. Para haber estado tanto tiempo sin una lucha en condiciones lo estaba haciendo muy bien.
Aunque fueran dos los controlaba bien, pegaba a uno mientras el otro se recuperaba del otro golpe, el armario pequeño de madera sufrió bastante porque uno salió volando hacia ahí rompiéndolo en el acto. También algunas cosas de la clase sufrieron mi ira. La pelea la estaba ganando con diferencia, como la habría hecho mi tío si no hubiera pasado lo que paso. Después de varios minutos para mí divertidos, decidí llevar la cosa un poco lejos, sabía que ellos no eran ellos, pero tenía que soltarlo. Ahí fue cuando cogí mi cinturón y se lo enrosque al hombre de la cicatriz en el cuello (era el que más cerca tenia, el otro estaba intentado levantarse al lado del armario roto). Como era normal el empezó a forcejear.
-¿Cómo se siente al estar cerca de la muerte? Desaparecer para siempre, dejando a las personas que quieres. Dejando a una sobrina que hizo lo imaginable para salvarte, llena de marcas en la cara, y sintiéndose culpable durante toda su vida por no salvarte. ¿Te gusto? ¿Disfrutaste al causar tanto dolor?-Las lágrimas volvieron a mis ojos, estas eran de ira- ¿Te sientes orgulloso, cobarde? Créeme si hubieras hecho eso ahora te hubiera matado sin pestañear. ¿Y porque él? Iba ser el mejor auror y se lo fastidiaste, tú y tu amigo. Miserable- No podía dejar de llorar, el hombre de la cicatriz no se movía. No podía estar muerto era un boggart, ellos no se morían, se debilitaban con el hechizo Ridiculus. Así que solté y cayó al suelo. El otro por fin se recuperó y fue hacia mí, pero antes de que se diera cuenta le cogí del cuello y se lo partí, este tampoco estaba muerto, solo cayó al suelo.
Con ellos dos en el suelo, ya era hora de formular el hechizo. Aunque después de eso no tenía muchas ganas de pensar en algo cómico, me seque las lágrimas y dije:
-Ridiculus- Entonces les aparecieron unos tutus rosas y unos moños en la cabeza.
El profesor Thurston con su varita llevo al boggart a un baúl.
-Perfecto-Dijo el, no sé si estaba alucinando o con miedo de mí.
Yo intente poner cara de buena niña, pero después de eso ya nunca lo seria.
-Parece que mi consejo la ha ayudado-Yo asentí agradecida- Pues… -Se quedó en silencio unos segundos- Está castigada, por mentirme respecto a sus habilidades de lucha.
- De acuerdo, este ha sido el mejor castigo que me han podido dar-Dije.
Me di la vuelta, y me reuní con mis compañeros. Allí, Natalie me abrazo y Jerry dijo:
-Recuérdame que nunca te enfade. NUNCA aprecio mi vida.
-Esa ahí-Dijo Sam alzando los brazos para que chocara las palmas con él.
Adam no dijo nada solo se quedó observándome, su expresión era ilegible.
Luego note como una mano me cogí la mía, ese era Jack. Se acercó a mi oído y dijo en voz baja: Increíble, ahora me gustas mucho más.
Bianca y su grupo, no dijeron nada. Esta vez les había dejado sin habla. Pero la mirada inquisitoria de Riley no pude dejarla indiferente.
Esta mañana había dejado a todos con la boca abierta, incluso a mí.

Campa cerca del lago, 10 de la noche.
La campa estaba desierta, solo estaba yo. Necesitaba estar sola después de todo lo que ha pasado. Dar esa paliza al boggarts me alivio y con eso me di cuenta de que no fue culpa mía lo que le había pasado a mi tío. Pero el miedo al agua todavía estaba presente. Mire al lago, y la piel se me puso de gallina, creo que nunca lo superare. Si mi tío estuviera vivo se reiría de mi por tener miedo, pero no estaba… cuanto lo echaba de menos.
-¿Qué haces aquí sola aquí?-Dijo una voz detrás mío.
Me gire y era Adam.
-Descansando de todas las miradas.
El sonrió y se sentó a mi lado.
-No me extraña, esta mañana estuviste fabulosa.
-Tampoco es para tanto, además me he ganado un castigo.
-Pues a mí me has parecido muy valiente. Después de lo que paso. Ver morir a tu tío con siete años, e intentar salvarle y no poder. Es muy duro.
-¿Pero cómo sabes eso?- todo el mundo se enteraba…
- Chillaste unas cosas que me hicieron pensar y Jerry ayudo a encajar las piezas sueltas.
-Jerry… menos mal que aprecia su vida. Cuando le pille-Dije furiosa.
-No le digas que te lo he dicho. Me costó mucho convencerle, casi me pega.
- Vale…-Dije poco convencida.
- Jerry y Natalie están furiosos conmigo. Me pase esta mañana.-Dijo triste.
-¿Qué paso?
-Me pases de la raya-Se limitó a decir-Y lo siento enormemente.
-Siempre metiendo la pata, porque no me sorprende.
- Lo siento-Dijo otra vez.
-Con un lo siento no se arreglan las cosas-Dije
-Lose por eso voy a hacer esto-Dijo mientras se levantaba y me cogió del brazo me levanto a mí también. Me arrastro hacia el lago.
-¿Qué estás haciendo?
Él no me contesto.
-Espero que esto ayude a que me perdones todas mis tonterías.
A escaso centímetros de la orilla del lago, se paró. Me miro y se quitó los zapatos, la corbata, el jersey y la camisa. Se quedó con el pecho descubierto, se me había olvidado el torso tan bonito que tenía. Y dijo:
-Quítatela.
-¿Qué?-Pregunte sorprendía, pero me podía imaginar a que se refería, así que mientras le preguntaba me abrace el cuerpo.
-La ropa-Dijo como si nada.
-Crees que violándome te voy a perdonar.
- A la no exageres, no pienso hacerte eso. Quítate la ropa y veras.
- No, estás loco. Hace un frio…
-Por el frio no te preocupes.
-Me da igual no me voy a quitar la ropa.
Soltó uno de eso bufidos suyos cuando yo no quiero hacer algo que él quiere. Se acercó a mí.
-Entonces te la quito yo- Y sin darme cuenta me cogió una pierna, y me quito un zapato, yo para no caerme me estuve que coger a su hombro, hizo lo mismo con la otra pierna.
-¡Para!-Proteste yo.
Pero siguió, me quito la corbata y el jersey. Volví a quejarme. Admito que podía hacer algo mas como pegarle una paliza, pero era él y me estaba desnudado no me salía hacer eso.
Luego con un movimiento me quito el cinturón y la falda. Yo me quede solo con la camisa y con los calcetines. Estábamos medio desnudos enfrente del lago. Yo estaba helada.
-Tengo frio, ¿Qué vas hacer?- Pregunte ya enfadada.
-Quitarte ese miedo al agua.
-¡Que! NO-Chille. Intente huir pero él fue más rápido. Me cogió de la cintura, me acerco a él. Estábamos frente a frente.
- Sube-Dijo. Yo no lo hice, no quería.- Como quieras- Entonces me levanto- Un consejo como no te sujetes te vas a ahogar- Ando hacia el lago, ya estaba en la orilla. Yo chille y patalee, pero no me hizo ni caso y siguió a lo suyo. Cuando note el agua en mi piel, decidí que era mejor agarrarme a él. Así que puse mis piernas alrededor de su cintura y me agarre a su cuello.
-Así me gusta-Dijo el complacido.
Nuestros cuerpos ya estaban dentro del agua, estaba helada. Al estar tan fría me acerque mucho más a Adam. El agua estaba helada, yo estaba congelada pero el… no. Increíble, esa temperatura corporal no es normal. Hubo un momento que no sabía si el cuerpo me temblaba por el frio, el miedo o por tener tan cerca.
Él estaba flotando conmigo en el agua sin decir nada. Yo también estaba en silencio. Estuvimos así hasta que el rompió el hielo.
-¿Que tal vas?
-Bueno… con ganas de salir.
-¿Porque?
-El agua está congelada y tengo un poco de miedo-Confesé.
-No te pasara nada, no te soltare.
- Más te vale. Y así quieres que te perdone.
-Es una disculpa un poco extraña- Admitió-Pero pensé que si superabas este miedo estarías mejor emocionalmente, no me gusta verte mal.
- Claro, tú tienes que hacerme sentir mal sino no vale- Dije borde, me estoy pasando un poco, pero es que se lo merece. No siempre voy a estar a buenas con el después de que me trate mal.
-Lo siento-Dijo pero no le mire-Mírame- Me cogió de la barbilla para que le mirara- Me mata verte mal y sobretodo, cuando te trato mal. Me duele tanto, que a veces me falta el aire para respirar. Nunca me ha dolido tanto el corazón. Lo siento.
Me emocionó. No sabía cuándo Adam decía algo en serio, pero esta vez estaba completamente segura que me decía la verdad.
-Te perdono-Dije al fin.
Una sonrisa se dibujó en su hermosa cara.
-Gracias.
-De nada, pero ¿podemos salir? Creo que si seguimos aquí no llego al siguiente curso.
El asintió, y nado hacia la orilla.
En la orilla, nos secamos y nos pusimos las ropas. Mientras nos poníamos la ropa, Adam no dejaba de mirarme sonriente.
-Vale, te he perdonado pero me no me mires así. Me pones nerviosa.
-Perdón. Es que estoy feliz. Te prometo que no te tratare tan mal. Me da igual lo que diga yo puedo controlarlo.
Eso último no entendí lo que quería decir.
-Decir ¿Quién?
-Oh nada…Vamos estarás cansada.
En aquel tiempo tiro de mí y empezó a correr.
-Me metes en agua congelada y ahora me haces correr. Tú quieres que me resfrié ¿verdad?, con esto te refieres a no te tratare tan mal.
-Puede ser…
-Nunca llegare a entenderte.
No me contesto, y corriendo nos dirigimos a la Sala Común.
Y acerté a la mañana siguiente me levante resfriada. 


Capitulo 20: Nochebuena

24 de Diciembre del 2009
Hoy íbamos a cenar a la casa de los Bennet. Allí estarán Susan, su marido y… Adam.
No tenía ganas de ver a Adam y oír sus absurdos comentarios, se pasaba todo el rato llamándome tonta o torpe. Cuanto lo odio.
Ahora estoy en mi habitación, preparándome para la cena. Llevaba el vestido azul oscuro que Jack me había regalado por mi cumpleaños. Como yo no suelo tener muchos vestidos, me vino de maravilla, además es precioso. Es un simple vestido de tirantes con un poco de escote que me llega hasta las rodillas. Me puse unos zapatos de tacones (cuanto los odio) también azules. En este momento estoy intentado rizar este pelo tan liso que tengo. No soy muy mañosa a la hora de arreglarse pero se hace lo que se puede.
-¿Qué tal vas cariño?-Pregunto mi madre, nada más entrar por la puerta de mi habitación.
Ella estaba preciosa, bueno ella es preciosa. Siempre he querido tener la milésima parte de su belleza, ella y mis tías son guapísimas. Con su pelo castaño rojizo, ojos claros, alta y buen físico. En cambio yo soy todo lo contrario; baja, ojos oscuros (a veces parece que los tengo negros) cabello castaño y físico atlético pero nada sexy. Y a mi padre tampoco me parezco mucho él es alto, de cabello negro, ojos castaños y físico normal. A veces pienso que soy adoptada.
Mi madre llevaba un vestido largo de color granate con escote en pico, también era de tirantes, esos que se atan por el cuello.
-Bueno… no me vendría mal tu ayuda.
-Vamos a ponerte guapísima- Y empezó a rizarme algunos mechones de pelo.
- Mama, explícame otra vez el porqué de ir a la casa de Susan- Dije un poco desesperada.
- Hija, ya te lo he dicho. Los hermanos de Ian (padre de Adam y esposo de Susan) les han dejado tirados a última hora y no iban a tirar tanta comida, así que ella nos ha invitado.
- No me guata que sea tan cordial.
-Hija, a ti te cae genial Susan.
-Ya, pero Adam no.
-Ese es el problema. Pues a mí me parece un chico estupendo.
-Porque no le conoces como yo.
- Estamos en nochebuena, un día de felicidad. ¿Me prometes que te portaras bien?
-Claro, yo siempre demuestro la buena educación que me enseñasteis, pero es él el que se tiene que portar bien.
Ya había terminado con mi pelo, me hizo un recogido y rizo algunos mechones.
-Te queda genial, el pelo rizado te queda fabuloso.
-Si pero es complicado que se mantenga.
-Tienes un pelo rebelde. Ahora te maquillare un poco y terminamos.
Me deje maquillar, después de varios minutos ya había acabado.
-Perfecta, Vamos que tu padre y Stan nos esperan.
Bajamos a la planta inferior, y allí estaban, los dos trajeados de lo más elegante.
-Aquí bajan mis dos mujeres favoritas- Dijo mi padre nada más vernos.
- Ya era hora-Dijo Stan.
- Tenía que poner guapa a Cassidy - se exculpo mi madre.
- Como ya estáis, nos vamos o sino llegaremos tarde- Dijo mi padre.
Cogimos todos nuestros abrigos, guantes, bufandas, bolsos y bolsas y salimos de nuestra querida casita de madera. En el exterior, mi madre dijo:
-Vamos a aparecernos en la casa de los Bennet, así que Cassidy tú coge a Stan y síguenos.
Asentí, mientras Stan soltaba un bufido, odiaba aparecerse y siempre vomitaba después de aparecerse en cualquier lugar. Entonces le cogí de la mano a Stan y seguí a mis padres a través de la aparición. En dos segundos estábamos en la gigantesca casa de los Bennet. Y como era de extrañar Stan nada más llegar vómito, y vomito en el arbusto que tenían los Benent en la entrada.
-Lo siento. No pude evitarlo.-Dijo el pobrecito.
- Buena entrada!-Me burle yo. Stan me dio un leve golpe en el codo para que me callara, pero eso hizo que me riera aún más de lo que me estaba riendo.
-Vamos a llamar. Si quieres les pedimos algo para tu estómago-Dijo mi madre.
-No hace falta, Daian. Solo es vómito y ya. No me duele el estómago.
-De acuerdo, pero si te sientes mal, avisa.
-No te preocupes-Dijo, pero yo sabía que le encantaba que se preocupara. Después del accidente de coche, mis padres asumieron el rol de padres de Stan. Cosa que el sigue agradeciendo.
Ya en la puerta, mi padre llamo con los nudillos. Unos segundos después la puerta se abrió y entramos a la Casa. La casa era enorme, solo la entrada era la mitad de mi casa. Allí vimos a un pequeño elfo que nos abrió la puerta.
-Señora Bennet, los invitados ya han llegado- Dijo- Por favor permítanme que recoja sus pertenencias- Y con un chasquido desaparecieron y se colgaron en el colgador.
- Gua… ¿Cómo has hecho eso, enanito?-Dijo Stan alucinando, nunca había visto tanta magia, cuando estamos con el no hacemos magia para no perturbarle.
- Es un elfo, que seguro que tiene nombre-Salte yo en su defensa, era miembro del P.E.E.D.D.O.
-Si señorita, me llamo Tobby.
-Encantada de conocerte, me llamo Cassidy-Dije mientras le estrechaba la mano.
- El placer es mío señorita Cassidy-Dijo con su diminuta boca.
-Llámame Cassidy a secas-Dije
-Lo intentare-Dijo
- Ya habéis llegado-Dijo Susan que había llegado a la entrada, vestia un vestido negro con un gran escote, ella también es preciosa. Detrás de ella había un hombre, seguramente su marido. Lo mire, era una réplica exacta de Adam, igual de guapos. Pero el padre tiene más sofisticación. Verle era igual que estar en futuro, era ver a Adam de mayor. Creo que me estoy quedando mucho tiempo mirándolo… que luego Susan se pone celosa.
-¡Bienvenidos!- Dijo ella, mientras abrazaba a mi madre- Es una maravilla teneros aquí- Dio dos besos a mi padre- Nos lo pasaremos genial- Me abrazo a mí. Luego se acercó a Stan, le viro de arriba abajo- Que grande y guapo estas, muchacho.
- Gracias, tu también estas guapísima- Le cogió la mano y se la beso- Tu marido tiene una suerte al tenerte como mujer.
- ¡Pelota!- Exclame.
- Bueno… os presento a mi marido Ian, Daian y Anthony ya le conocen- Dijo Susan, haciendo una señal a su marido para que se acercara.
Él se acercó, saludo primero a mis padres, luego dio un gran apretón de manos a Stan y me saludo a mí de la mima forma que Stan a Susan. Cuando me dio el beso en la mano, no pude no acordarme de Adam. Además había heredado sus ojos verdes…
-Falta Adam… ¡Adam!-Chillo Susan.
Se pudo oír su réplica desde la planta superior de la casa. Al momento apareció por las escaleras, estaba poniéndose bien la corbata, estaba lindísimo bueno siempre lo está. El todavía no se había percatado de nuestra llegada. Por la mitad de las escaleras, por fin había terminado de colocarse la corbata y miro al frente, encontrándose con nosotros. Puede notar como su mirada recorría a todos nosotros, pero se detuvo en una persona… en mí. Nuestras miradas volvieron a conectar, como siempre, pero lo que más raro fue que cuando nos estábamos mirando él se tropezó con el último escalón. Era la primera vez que le veía tropezar, es tan perfecto que nunca lo hace, por eso me sorprende. ¿Estaba tan guapa que hacía que él se tropezara? No, no lo creo… un día malo lo tenía cualquiera.
-Hijo por fin llegas-Dijo Susan cuando Adam ya estaba a su lado y sin dar importancia a su tropezón.
-Lo siento, me demore-Dijo el mirando a su madre, con cara de cordero degollado (que mono…)
- No pasa nada. Te presento a Daian, que ya la conoces- Adam se acercó a mi madre y le dio dos besos- Al señor Calaway-Le dio un apretón de manos- A Cassidy, que ya sabes quién es.
-Para no conocerla-Dijo el desafiante.
Yo me trague mis palabras, prometí a mi madre que me portaría bien. Él se acercó me cogió la mano y le dio un ligero y suave beso. Yo como siempre, me quede congelada con el roce de su piel contra la mía.
-Y este es Stan.
Adam se alejó de mí y fue hacia Stan. Se quedó enfrente suyo, se quedaron segundos mirándose fijamente, sus miradas era fulminadoras. El ambiente se empezó a cargar, y ellos seguían mirándose, cuando se dieron la mano, fue como si dos trenes chocaran a la vez. El apretón duraba mucho y cada vez era más fuerte, se notaba que sus puños estaban haciendo fuerza, seguían mirándose con esa mirada, parecía que se estaban examinándose…
De repente soltaron las manos. Dijeron encantado de conocerte a la vez y el ambiente se relajó. Fue la cosa más extrañísima que he visto en mi vida, y los padres no se han dado cuenta o no quieren meterse. Yo no dije nada, igual eran imaginaciones mías. No sé qué acaba de pasar, seguro que son cosas de hombres… orgullo masculino.
-La cena ya está lista-dijo el pequeño Tobby, que todavía estaba allí.
-Espera…-Dijo Stan- Oye Tobby, ¿tienes alguna manguera o algo para limpiar mi vomito de vuestro arbusto?
Los Bennet se quedaron mirando fijamente a Stan.
-Lo siento, odio eso de aparecerse-Dijo él.
-No pasa nada señor- Dijo el elfo y chasqueo los dedos- Ya está solucionado.
-Gracias-dijo Stan un poco avergonzado, cuando se avergüenza es tan tierno.
-Es mala suerte que te marees apareciendote-Dijo Adam, sin mirarle a la cara.
-¿Porque?-Pregunto- Prefiero ir en coche, solo me aparezco cuando es necesario o cuando Cassisy me lleva porque no quiere moverse, es una vaga- En esto última me lanzo esa mirada de complicidad que tienen los hermanos.
- ¿No has aprendido a aparecerte? Que mago hace eso hoy en día-Dijo Adam sorprendido y sin mirarle a la cara.
-Pues no sé, porque yo soy normal-Dijo él. El siempre consideraba a los muggles como gente normal y que nosotros los magos como los "espacialitos".
Adam estaba más sorprendido.
-Adam, cariño, Stan es muggle-Dijo Susan
-Un respeto, que yo no os llamo "brujitos"- Dijo Stan, como odiaba la palabra muggle.
-Pues a mí me llamas brujita-Le recordé yo.
Stan no dijo nada, pero Adam si:
-No, tiene que ser un squib.
-¿Un qué?-Pregunto Stan-¿Tenéis mas motes?
- Adam, Stan no es mi hijo biológico-Dijo mi madre.
-Pero… Cassidy le llamo hermano.
- Si, porque le considero como un hermano.
- Ah, vale…-Dijo, no sé si estaba confuso, enfadado o aliviado. No pude descifrar su cara.
- Con esto solucionado, podemos cenar ya-Dijo Ian Bennet.
Todos asentimos y nos dirigimos al comedor. En el comedor, nos sentamos. El señor Bennet presidia la mesa, a su derecha estaba su mujer y a la izquierda mi padre. Al lado de mi padre está mi madre, luego estaba yo y a mi lado Stan. En la otra parte, al lado de Susan estaba Adam, que a su vez estaba enfrente de mí. En unos pocos instantes la comida apareció por arte de magia, cosa que volvió a sorprender a Stan. Si viviera en el colegio todos los días se asustaría que la comida apareciese de esa forma.
Estábamos cenando tranquilamente, los padres hablaban de trabajo, mientras que Stan, Adam y yo estábamos callados. De vez en cuando Stan intervenía en algún momento.
Al ver nuestro silencio, Susan decidió sacar otro tema de conversación:
-Cassidy, Cuéntame ¿qué tal en el colegio?- Esto ya me la había preguntado días atrás, pero bueno, algo es algo.
-Como ya te comente, estoy bien. No estoy atrasada en ninguna materia y tengo algunos amigos.
-Así que el estudio en casa sirve como otro medio de enseñanza, es que solo oigo malas cosas sobre eso-Dijo el señor Bennet.
-¡Tonterías! Cassidy está cualificada para cualquier asignatura-Dijo mi padre, más orgulloso de su trabajo de profesor que de mí.
- Hubiera estado bien dejar a Adam con nosotros-Dijo Susan
-No, por favor. No quiero ser un bicho raro-Dijo Adam asqueado.
-No soy ningún bicho raro-dije un poco enfadada.
-Um… al principio no sabías tratar con la gente, bueno… ahora tampoco-dijo.
- Con tratar a la gente dices decirles la verdad y decir lo que pienso.
-Y tu mal carácter también cuenta.
-Yo no tengo mal carácter. Si me enfadan contesto y si me hacen pensar una cosa, que luego no es también contesto- Esto último era por él y por su jueguecito quiero-no quiero.
-El caso es que no pillas las indirectas-Dijo.
-Porque me las plantean mal.
-Puede ser…-No negó la verdad- Pero deberías, por tu bien.
- Ahora me vas a decir lo que me conviene, tú. Que solo te preocupas cuando te interesa.
-No soy ningún interesado.
-Lo eres.
Nos miramos con más furia que nunca. En ese momento me acorde que no estábamos solos. Todos de la mesa nos estaban mirando atónitos.
-Sois peor que los niños pequeños-Exclamo Stan.
Entones Susan saco otro tema de conversación para olvidar nuestra pequeña discusión, que solo entendíamos nosotros dos. Así estuvimos toda la cena, hablando de vez en cuando pero siempre sin dirigirnos la palabra, solo nos dedicábamos alguna que otra miradita.
Finalizada la cena, fuimos a la sala de estar para comer algunos dulces de navidad y beber la típica bebida navideña con su toque de alcohol. Me estaba aburriendo bastante.
-Tengo ganas de ir baño, ¿dónde está?- Dije, me estaba aburriendo tanto que ir al baño era la única diversión que había.
-Arriba a la derecha-Dijo el señor Bennet.
Entonces subí las escaleras, ya en el primer piso torcí a la derecha. Pero había tres puertas, no sabía cuál era, así que en vez de volver decidí arriesgar y entrar en la puerta que tenía más cerca. Abrí la puerta, y no tenía pinta de ser el baño, era una habitación. Mi curiosidad hizo que entrara. Dentro de la habitación, empecé a investigar de quien era, solo tenía dos opciones, asimismo sería fácil adivinar de quien es.
La habitación era muy espaciosa, la cama estaba en el fondo del cuarto y al lado de la cama había una gran mesilla de noche. Me dirigí allí para ver las pertenencias de la persona, pude ver que había unas fotos. Primero cogí una en la que aparecían dos niños, de más o menos 11 años, uno era delgadito con ojos verdes y el otro era gordito y con ojos marrones, al fijarme mejor me di cuenta de quienes era: Adam y Sam. Que monos!!! Están muy cambiados, sobre todo Sam, antes era una bola y ahora esta como un queso. ¿A Natalie le gustaba Sam desde entonces? Es algo que se lo preguntaría nada más verla en el colegio. Luego cogí otra foto con en la que estaban Adam y sus padres, la foto se había hecho en la sala de estar de los Bennet, estaba sonriendo y felices como una familia normal. Y por último atrapé la quedaba, en esta estaba Adam y Sam rodeados de un montón de chicas, seguramente las de su club de fans. Inconscientemente me dio un poco de envidia, yo también quería tener una foto con él. Al dejar la última foto estaba claro de quien era la habitación, la de Adam. Quería ver más, pero no está bien fisgonear una habitación sin permiso, además se estarían preguntando donde estaría.
En aquel tiempo me di la vuelta para salir silenciosamente de allí. Pero al darme la vuelta me encontré con alguien.
-¿Qué haces en mi habitación?
-Me perdí.
- Claro y por eso estabas fisgoneando mis cosas.
- No, me confundí, entre sin querer y… bueno me entro curiosidad.
- Curiosidad-Exclamo confuso.
-Sí, es la primera vez que veo la habitación de alguien de mi edad- Es cutre lo se…- No quiera ser cotilla, lo siento- La disculpa me costó mucho decirla.
Me dirigí a la puerta para marcharme, pero él me cogió del codo, me gire y nos quedamos uno frente al otro.
-¿Nunca habías estado en la habitación de ningún chico antes?- Lo de chico lo remarco muy bien.
- Sin contar la de Stan, no he estado en la habitación de ningún chico y tampoco de ninguna chica.
-Mi habitación es la primera que ves- Dijo sonriente.
-Sí, pero no era mi intención verla.
-Vale, tranquila no le diré a nadie que has estado aquí. Ni a tu "hermano" ¿Sabes la historia que tienes con el cada vez la entiendo menos. - Otra vez con Stan… que pesadito.
-No tenemos ninguna historia- Esto me consto muchísimo decirlo- Además tiene novia, es de su edad, guapa, simpática, y lo importante la considera una mujer… no como a mí- Esto último sobraba… Cassidy tonta.
- Es fácil superarte-Dijo. Yo le miré con cara de gracias por el consuelo, majo.- Pero… -Me cogió un mechón del pelo y me lo puso detrás de la oreja- Yo te veo como una mujer, un poco irritante, pero una mujer.
- No sé si es un insulto o un alago, pero gracias.
-Viniendo me mi un alago.-Sonrió- Y otra cosa, no te pongas triste por el que no sabe valorar lo que tiene.
Dulce o Antipático , tío decídete!!.
-Sera mejor que vayamos bajando-Dijo y yo asentí.
Cuando me di la vuelta para ir hacia la puerta, mi estúpido tacón se enrosco con la moqueta. Mi tobillo se enrosco también y como no perdí el equilibrio y me caí. ¿Porque será tan torpe en el momento menos adecuado? Si me darían un centavo por cada caída ahora sería rica.
En el suelo, Adam me miro y rio como nunca.
-¿Cómo puedes ser tan torpe? No lo entiendo.
- No hace gracia- Dije malhumorada.
El hizo caso unísono de lo que había dicho, y sin ayudarme empezó a dirigirse a la puerta para marcharse y dejarme sola ahí. Antes de que diera un paso más, le hice la zancadilla con mi brazo para que se cayera. Era una respuesta a su huida, significaba: no me vas a dejar aquí.
Adam cayó al suelo de madera como una roca pesada. En el suelo me miro y dijo:
-Eh, eso no vale.
-Me parece que si-Dije yo riéndome como él lo había hecho hace uno instantes.
Él se sentó en el suelo enfrente de mí.
-Eres dura de pelar, e?
- Pues sí y no sabes cuánto.
-Me encanta-Dijo sonriendo pícaramente.
- Te gusta algo de mi… eso es un poco contradictorio. Se supone que te caigo mal
- Yo nunca he dicho que me cayeras mal, aunque lo diera a entender.
-Cada día te entiendo menos-Dije con un suspiro.
-Yo a veces tampoco me entiendo, pero sé que es lo mejor para los dos.
-Pero como…-Me detuvo poniendo su dedo índice en mis labios.
-Déjalo, vale- Su dedo todavía estaba en mis labios, entonces empezó a acariciar mi labios, primero el superior y más tarde el inferior. Yo no dije nada, solo me dejaba.
Mientras acariciaba mi labio, oí como él decía: me encantaría probarlos. O eso es lo que creo que oí yo, así que instintivamente me acerque a él. Él no se alejó, eso era buena señal, nos quedamos frente a frente. El quito su dedo de mis labios, y puso su mano sobre mi cintura para acercarme más a él. Ahora estábamos cerca, muy cerca. Nos íbamos a besar…
Después de todas las cosas que hemos pasado, por fin lo consigo.
Rodé su cuello con mis brazos, el me acerco más a él. Nuestros labios se rozaron, note su piel ardiendo sobre la mía, su dulce respiración sobre mi rostro. Íbamos juntar más nuestros labios cuando.
-Chicos-La voz de Stan sonó en toda la habitación.
Los dos nos apartamos rápidamente. Stan estaba en puerta observándolo todo, los colores subieron a mi cara en unos instantes.
-Os están esperando-Dijo Stan, estaba enfadado.
Nos levantamos del suelo. Adam y Stan volvieron a mirarse, y paso exactamente lo que había pasado cuando se habían conocido; ambiente cargado y hormonas masculinas por todas partes.
-Cassidy, ve bajando-Dijo Stan.
Sin rechistar, salí del cuarto y baje las escaleras para encontrarme con los padres. Allí solo pude contestar: ahora bajan a los demás.

Habitación de Adam
-No te acerque a ella-Exclamo Stan nada más irse Cassidy.
-No puedo evitarlo-Dijo Adam, como disculpándose.
- Se lo que sientes, pero hasta que no estés preparado no puedes acercarte a ella, podrías… bueno ya sabes.
-Lo sé, y te juro que no lo hago aposta. No puedo evitarlo, además ella no me pone las cosas fáciles, me porto fatal y ella sigue. Es un cielo… no me lo merezco.
-Cassidy es así, siempre ve lo bueno de los demás.
-Te pronto que me alejare todo lo posible- dijo Adam muy convencido.
-Quiero lo mejor para ella, y creo que esto es lo mejor. Hasta que se calmen las cosas y te prepares aléjate . Es duro, yo también lo he pasado- Stan puso su mano sobre el hombro de Adam en símbolo de consuelo- Cassidy ha sufrido mucho por mi culpa, no se merece más dolor. Ve poco a poco. Pero primero ya sabes…
-Me alejare, me preparare y cuando esté listo la hare la mujer más feliz del mundo.
-Sabes que no están fácil, verdad? Puede pasar incluso hasta años, puede que ella no te espere.
-Lo sé, pero me espere o no quiero hacerlo, porque la quiero.
Entonces lo dos salieron del cuarto, bajaron las escaleras y se encontraron con los demás en el salón de estar. Adam intento no mirar a Cassidy. Todo esto lo hacía por ella, hasta que no estará listo para a saber que no podría estar con ella. Y Stan también está metido en este gran secreto… ¿la cosa podría ir mejor?
¡Feliz Navidad Cassidy!