domingo, 20 de mayo de 2012

Capitulo 19: Sorpresas antes de Navidad

¡Por fin llegaron las vacaciones de Navidad! Ya era hora de volver a casa con mi familia. Esta ha sido la primera vez que paso tanto tiempo sin estar cerca de ellos y eso se notó sobretodo en la bienvenida que me dieron en la estación. Abrazos, besos y chillidos por todas partes.
Les daba la bienvenida a ellos y me despedía de mis amigos. La despedida fue normal, nos
veríamos dentro de casi dos semanas. Les echaría de menos, se me haría raro despertarme y no ver Natalie durmiendo, y yo enfadada chillándole que se despertara que llegábamos tarde (como le encanta dormir), también echaría de menos la tonterías de Jerry, lo inseparables que son Alyson y Melinda, las historias divertidas de mis amigos sniqs y lo agradables y encantador que es Jack. Y sobre todo no me olvidare de las miradas incredulas del grupo de Bianca cuando me libre del castigo por dislocar el hombro a Marcus. Usted piensa que alguien como yo puede dislocar un hombro a alguien que es mucho más grande que ella y tiene más fuerza Eso fue lo único que dije para convencer al profesor de defensa contra las artes oscuras que yo no había sido, cosa que funciono sin problemas.
Pero ahora que estoy de vuelta pudo ver mi casa, dormir en mi cama, charlara con mis padres acerca del colegio y ver a Stan.
Ya habían pasado dos días desde mi regreso. Estos dos días solo he hecho tres cosas importantes; primero hablar y hablar con mis padres, segundo buscar en mi árbol genealógico si es verdad la historia que me conto Sybill (podría acostumbrarme a llamarla así), cosa que para mí sorpresa fue verdad, en del siglo XIX encontré a Celeste Trelawney, pero su hermana no aparece por ningún lado. Es como si no hubiera existido. Vaya hermana que quieta a su propia hermana del árbol genealógico por tener más poderes que ella, y puso a su madre porque sin ella no hubiera nacido que sino también la habría quitado.
Y tercera e ultima cosa que hice (muy cobarde de mi parte, lo admito) es intentar no quedarme sola con Stan. Es que si me quedo a solas con el seguro que dice algo de la última vez que nos vimos y no quiero que me venga con ese rollo de que no siente lo mismo, que soy como su hermana. Lo entiendo, pero me duele que me lo diga.
Ahora estoy tumbada en mi maravillosa cama, eran las 10 de la mañana. Mi estómago empezó a pedir alimentos así que me puse mis zapatillas de casa, salí de mi cuarto y baje las escaleras hasta la planta baja. Mis padres están trabajando así que desayunare tranquila y no estaré oyendo a mi madre preguntarme:
¿Qué comida está más rica la mía o la del colegio? yo siempre le contestaba que al suya para no hacerle el feo, es que la comida del colegio…
Ya estaba en la planta baja. Mi casa, preciosa casa de madera a las afueras de un pequeñísimo pueblo muggles (tan pequeño que ni aparece en los mapas), consta de dos plantas en la primera se puede observar que la cocina y la sala de estar están comunicadas, ya que no hay ningún muro que las separe, como el típico lofft americano. También hay un pequeño cuarto que es el ropero. Por otra parte, está la segunda planta en las que están el cuarto de baño grande, la habitación de mis padres con cuarto de baño incluido, mi habitación y la antigua habitación de Stan ahora convertida en habitación para los invitados. Hace unos años Stan decidió independizarse, pero como no tenía mucho dinero para comprar un piso mi padre le construyo una pequeña cabaña al lado de nuestra casa. Así que Stan solo viene para comer (odia cocinar) y para hacernos compañía, peo su tiempo de hacer compañía duraba horas, asique no se notaba que vivía en el otro lado de la colina donde vivimos. Mis padres eligieron un lugar muy vistoso para vivir; un pueblo que nadie conoce y atestado de muggles y para colmo vivimos a las afueran en una pequeña colina.
Como decía estoy en la planta baja y puede comprobar que no estaba tan sola, al otro lado (en la cocina) estaba Stan sentado en una silla leyendo el periódico, me iba dar la vuelta pero el asumo su cabeza.
-Buenos días brujita-Estaba sonriente
-Bueno días-dije sin muchas ganas, seguro que me dice algo. Llegue a la cocina y el dejo el periódico en la mesa.
-¿A que eres tan maja que me haces el desayuno?
Aliviada de que me dijera otra cosa asentí y empecé a hacer el desayuno. No iba a complicarme y le iba a hacer un café y unas tortitas y luego yo me haría un zumo y me cogería unas magdalenas de chocolate. Tenía que hacer todo eso al estilo muggles ya que en mi casa hay electrodomésticos y muchísimas cosas muggles, se podría decir incluso que me crie entre muggles. Estaba cocinado en silencio y Stan estaba callado, lo poco que le gusta el silencio.
- Menos mal que te has despertado, pensé que me iba sin desayunar- Rompió el silencio.
- ¿No sabes hacer una cosa tan sencilla como el desayuno?- Bromee, me encanta cocinar para él.
- Si, pero me gusta como cocinas, además cuando cocinas estas más guapa.
Cada piropo que me suelta me duele con intensidad. Termine todo, le entregue su plato y su taza y me senté enfrente de el con mis cosas, volvió a reinar el silencio.
-Oye…Cassidy… ¿Pues de dejar de evitarme?- Soltó sin rodeos.
-Yo no…
-Lo haces- me interrumpió- Después de ya sabes… no hemos vuelto a hablar como solíamos hace, ni hemos entrenado. Comprendo que sea duro y lo siento. Pero no quiero estropear la relación que teníamos, ¿podemos volver a empezar?- Extendió su mano hacia mí para que se la estrechara. Yo le di la mano con la esperanza de olvidar todo lo que había pasado, pero yo por lo menos no lo olvidaría tan fácilmente.
-Ya podemos entrenar, no? Estará muy floja, llevas tres meses sin hacer nada.
-Ok, cuando quieras tengo ganas de patearte el culo.
-No creo que me hagas mucho, yo al contario que tu he estado entrenando.
-Pero sigo siendo buena en esto, así que eso no me lo puedes quitar- Bueno hace poco disloque un hombro fácilmente, pero eso era mejor no mencionarlo. Seguro que se enfada, mis cualidades de lucha a lo Jackie Chan son top secret.
-Se me había olvidado que te volvías muy prepotente cuando hablar de lucha-Rio
-Que gracioso! Tú no te quedas corto con la prepotencia…
RING RING el teléfono sonó con intensidad.
-Voy yo-Dijo Stan. Se levantó y cogió el teléfono- Ok, le diré que vaya ahora para allá, nos vemos-Fue lo único que mientras estaba con el teléfono.
-¿Quién era? ¿Qué quería?-Pregunte impaciente.
-Era tu madre, me ha dicho que necesita que vayas al Ministerio para que trasportes unas cajas de documentos. Ella está ocupada y no pude ir a llevarlas y las necesitan cuanto antes.
-Ok, me voy a vestir- No tenía la opción de no ir, además ya estoy acostumbrada a hacer eses tipo de favores a mi madre y a mi padre, tendría que cobrarles…
A los diez minutos siguientes ya estaba lista en el salón, era raro vestir algo que no fuera el uniforme. Decido llevar algo cómodo; unos vaqueros, unas converse y una camiseta y encima un abrigo contra el frío invernal londines.
-¿Quieres que  te lleve en coche? Hasta más tarde no he quedado para hacer las cargas en la taberna.
- Vale. Ahora que le pasa a Terrence que quiere que vayas más tarde a trabajar.
Stan trabajaba en la taberna de Terrence Hale, carga y descarga las bebidas, hace alguna chapuza por ahí y también hace de camarero. Stan era como una navaja suiza en esa taberna. Aunque también estuvieran trabajando Terrence y su hija Rebecca (de la misma edad que Stan) a la taberna iban muchas personas y había muchísimo trabajo. Podían tener más gente trabando pero las otras dos hijas de Terrance eran como muñecas de porcelana. Siempre están quejándose y no pueden mover nada que les parezca pesado, lo único que hacen es coquetear con Stan o con cualquier chico guapo. Odio a Bianca pero estas dos… creo que la superan.
-Tengo que aprovechar que me dé un descanso, no crees?
-Pues sí, además a mi viene genial que me lleves.
Conducimos sin ningún percance hasta Londres. Allí Stan me dejo en la calle correcta para que yo llegara a la entrada al Ministerio, ya que él no podía entrar. Entre en la cabina de teléfonos roja, marque los números y baje hacia el ministerio.
Salí de la cabina y me fui a la entrada. No tuve ningún problema para entrar, cogí el ascensor y en periquete llegue a la planta donde trabajaba mi madre.
Estaba andando por el pasillo hasta que alguien chillo mi nombre.
-CASSIDY- Volvió a chillar. Entonces me gire y la vi.
-¡Susan! Cuanto tiempo- Me acerque a ella y la abrace con todas mi fuerzas.
Susan es la compañera de trabajo y mejor amiga de mi madre. Ellas dos son como hermanas y yo la considero como mi tía.
-¿Qué tal en Hogwarts, querida? ¿Te tratan bien?
- No tengo ningún problema de marginación y no estoy atrasada en ninguna materia.
- Me alegro tanto! Cuando tenga tiempo me contaras todo con pelos y detalles. Ahora as venido a ayudarnos a tu madre y a mí.
-Pues claro, no he tenido otra opción.
-Has tardado mucho en venir, por eso estoy aquí, tu madre me había mandado a buscarte, ya sabes cómo se preocupa por ti.
-Lo sé, es que Stan me ha llevado en coche y por eso he tardado, sorry.
-Stan!!! Y ¿qué tal con él? al final te lanzaste o no- Si lo sabía, no tenía a nadie a quien contárselo. Susan sabe todo sobre mí, le tendré que contar sobre Adam y Jack, a ver qué opinión tiene.
-Me lance y fue un fracaso, fin de la historia. Tenías razón no podía ser.- Con este tema todo el mundo tenía razón menos yo.
-Lo siento… pero bueno el mundo no se acaba. Ya que estas solita te puedo presentar al chico más guapo e increíble del mundo; mi hijo- Rio-Por fin le conocerás, ha sido raro que no lo conocieras en el colegio va al mismo curso que tú.
Es verdad, Susan tiene un hijo de mi edad que va a Hogwarts no me había acordado. Y eso que siempre me decía que era lo más de lo más y que me encantaría conocerle.
-Vamos que también nos está ayudando con las cajas- Me cogió del brazo y me llevo al despacho que compartía con mi madre.
Llegamos al despacho, allí estaba mi madre y a su lado un chico, estaba de espaldas. Si la parte de detrás estaba tan buena como estaría la de adelante, madre mía que hijo tiene Susan.
-Ya estamos aquí!- Anuncio Susan.
-Ya era hora, mama, te tengo que preguntar algo sobre…-El chico se dio la vuelta y no termino la frase, se quedó congelado al verme y yo también. No podía creer lo que mis ojos estaban viendo.
-Adam-Chille confusa
-Cassidy- Chillo el
-Me parece que ya os conocéis-Dijo Susan también algo confusa
-¿Este es tu hijo?-Pregunte señalándole para a ver si había sido una equivocación. Ella asintió-Que fuerte-Me salió con toda el alma decir eso.
- Y tanto, esta es la maravillosa hija de Daian. No encaja con las descripción que me has dado, mama.
- No, no encaja. Ya sé que es tu hijo Susan, pero no hace falta exagerar tanto. Me has dado un prototipo de un chico guapo y encantador y ahora me encuentro con esto. Que bajón.
Antes de que mi madre me gritara por mis modales, Adam contraataco.
-La decepción es para mí y no para ti. Te recuerdo que…
- Eres el chico más popular del colegio. Te repites demasiado.
-No era eso lo que quería decir, era que tenemos que trabajar juntos y yo hare el gran esfuerzo de aguantarte y que conste que eso no me lo habían avisado.
-A mi tampoco, y si lo hubiera sabido. Le hubiera dicho a Stan que me llevara a Vietnam antes de venir aquí.- cuando dije el nombre de Stan me arrepentí, Adam sabia lo de Stan y si dice algo.
Pero no dijo nada, se quedó callado, raro en él. Pero mi madre si dijo algo:
-Por eso has llegado tarde, podrías haberme llamado o algo. Pero ¿no trabajaba hoy?
-Sí, pero tenía unas horas libre, es muy raro. Tenemos que hacer una fiesta, es raro que Terrence deje horas libres.
-Ya, pero últimamente Terrence lleva varias semanas dejando horas libres a Stan.
-Así, no lo sabía…
-Vale, manos a la obra!-Dijo Susan- No me importa lo que vosotros dos tengáis-Dijo señalando a Adam y a mí- Quiero trabajo, para eso tuvimos hijos para que nos ayudaran-Bromeo- Así que coger todas las cajas que están encima de la mesa, llevarlas al almacén de la planta baja, Cassidy sabe llegara allí. Dejarlas y coger las otras cajas que están en las estanterías 1 y 9, y me imagino que a Cassidy no se le ha olvidado buscar en las estanterías.
-No, llevo años siendo la ayudante de mi padre y la vuestra. Es imposible que se me olvide.
Adam y yo trabajamos en silencio, solo nos quedaba dejar unas cajas en el almacén. Que ganas tengo de terminar! Odio este silencio. Llegamos al almacén, el dejo su caja en la estantería 1 y yo intente dejar la mía en la nueve. Digo intente porque está muy alta, y no llego (es lo que tiene ser tan bajita), pero por fin deje la caja como pude. Con esto terminamos la fatídica tarea. Iba a alejarme de la estantería para irme cuanto antes, pero no pude, Adam se me abalanzo sobre mí. Me cogió de la cintura y me empujo contra la pared. Estábamos, otra vez, pegados uno contra el otro. No lo entiendo, ¿porque hace eso? La respuesta a mi pregunta se resolvió cuando la estúpida caja que había dejado cayó al suelo y todos papeles de dentro salieron disparados por todo el almacén. ¡Mierda!
- ¿No puedes tener cuidado? Siempre te tengo que salvar-Dijo Adam, todavía pegado a mí.
- No necesito tu ayuda. - Dije y le empuje para que se apartara.
-Me parece que sí. Si no te hubiera apartado, la caja se habría caído encima de ti. Y luego le tendría que explicar a tu madre y a la mía que eres tan tonta y cabezota que no me has pedido que te ayudara a dejar la caja, porque eres tan bajita que no llegas. Además la caja te habría dado en la cabeza y te habrías quedado más tonta de lo que eres- Dijo furioso.
- ¿En realidad que te molesta que sea tonta o que no te pidiera ayuda?- Porque no entiendo porque se pone así.
- Que no me pidieras ayuda. Lo de tonta ya lo he asumido.
- Vete a la mierda.-Entonces me agache para coger las hojas y meterlas en las cajas- ¿Me ayudas?, eso es lo que quieres, no?
Asintió y se agacho a ayudarme. Empezamos a coger los papeles y a dejarlos en dentro de la caja, en aquel momento me di cuenta que Adam me estaba mirando fijamente.
-¿Qué?-Pregunte algo molesta.
-No puedo mirarte o que…
-No, sin mi permiso.
-No necesito ningún permiso para mirarte. Te miro cuando yo quiera. A Stan le das permiso para mirarte?
Ya ha tardado en hablar con dé el. Tengo una idea voy a darle una sorpresita, para que alucine.
-Pues sí, es mi hermano como no me va a mirar.
La cara de sorpresa de Adam no tenía precio, quería reírme de él, pero me aguante las ganas.
- Incesto-dijo en voz baja cuando termino de dejar los papeles dentro de la caja y la subía a la estantería 9. Luego me volvió a mirar y se fue sin decir nada.Cuando se fue me reí de lo lindo.

Adam recorría los pasillo del Ministerio de Magia sin comprender, alucinando de lo que le había dicho Cassidy. ¿Cómo que se había declarado a su hermano? ¿Desde cuándo ella tenía un hermano? Y sobre todo ¿Cómo alguien de su misma sangre la atraía más que él? Una sorpresa antes de Navidad.

Después de ataque de risa, me dirigí al despacho de mi madre.
-¿Ya habéis terminado?-Pregunto mi madre.
-Sí, ¿Adam no ha venido?
-No, mi hijo no ha venido. Se habrá ido a casa.-Dijo Susan.
-Parece que sí, pero podría haber venido, claro me deja eso a mí, que majo…
- ¿Pero que os pasa a vosotros dos? Parece que no os lleváis bien.
En otra ocasión se lo habría contado todo a Susan, pero estábamos hablando de su hijo. Me daba vergüenza contarle todo lo que hemos pasado y lo que siento (aunque no estoy segura de lo que siento). No pienso hablar con ella de eso.
- Nada, no siempre te puedes llevar bien con alguien-Intente no darle importancia al asunto.
- Qué pena! Hacéis buena pareja…-Dijo Susan.
Mi madre alzo la cabeza de los papeles que estaba leyendo y dijo:
- Es joven para tener novio.
- Tiene 18 años, Daian, no cinco. Tú y Anthony la tratáis como una niña. Además seguro que ha conquistado a mucho chicos en Hogwarts.
-Que tarde es… me tendré que ir yendo-Dije para no contar nada. Aunque no tuviera mucho que contar.
-Nos vemos cariño-Dijo mi madre.
-Adiós, ves a ligado…-Dijo Susan.
Antes de que Susan dijera algo me fui prácticamente corriendo.
Salí del Ministerio por la cabina de teléfono. Iba a aparecerme en casa, pero sonó mi teléfono móvil (si tengo móvil. Sólo lo uso cuando estoy aquí, pero bueno, antes lo usaba todos los días). Lo cogí y mire quien era Stan.
-Dime Stan-Dije
-Hola, ¿ya has salido?
-Sí, acabo de salir, ¿Por?
-Es que acabo de salir de trabajar, estoy cerca de donde estas, y pensé en irte a buscar. Además tengo una sorpresa para ti.
-Vale, te espero donde me has dejado antes. Oye a Terrence ¿qué le pasa? Dejarte tanto tiempo libre es muy raro.
-Ya te contare, eso va dentro de la sorpresa… Adiós.- Y me colgó.
¡Qué misterioso! ¿Qué sorpresa me da? Igual se lo ha pensado mejor y quiere fugarse conmigo a Las Vegas. Estaría bien, pero no lo creo. Si fuera así Adam fliparía un más.
Llegue al sitio que habíamos quedado, no tardo mucho. Pero para mi asombro no estaba solo. Aparco el coche y el salió.
-Bueno haya voy. Te tengo que contar algo importante- entonces abrí la puerta del copiloto y de allí salió Rebecca, la hija mayor de Terrence.
-Has secuestrado a Rebecca para que Terrence te de horas libre-Dije sin saber que hacia ella aquí.
Ellos rieron.
-No-Cogió la mano de Rebecca, no me gusta nada esto- Queríamos que tú también lo supieras, todos lo saben.- Hizo una pausa, sonrió a Rebecca y lo soltó- Rebecca y yo estamos saliendo.
Me quede de piedra. ¡Eso no es una sorpresa agradable! Al quedarme sin habla. Stan hablo.
-¿Qué te parece?
- Fantástico-Mentí, era una mierda… mi beso no significo nada para él.
-Cuanto me alegro-Dijo Rebecca abrazando-Significa mucho que todos estéis de acuerdo.
- Pues claro, es fantástico- fantástico no se me ocurre nada mejor que decir, bueno es eso o zorra. Tenía ganas de sacar la varita y fulminarla con la maldición asesina.
-Pues bien- Dijo Stan.
-Fantástico- Dije por tercera vez con una sonrisa falta.- Por eso Terrence te da horas libres, eres de la familia-Dije asqueándome de lo que decía.
-Sí, papa está muy contento.
- Mientras que no te las descuente del sueldo-dije en vos baja sin pensarlo. Cassidy feliz tienes que estar feliz, aunque quieras romperle la nariz a Rebecca.
- Bueno… vamos para casa, no-Dijo Stan.
Me tuve que sentar atrás, porque Rebecca se sentaba al lado de Stan, MI SITIO.
Durante el trayecto hacia casa, solo conteste monosílabos a las preguntas de Rebecca, sobre cómo me iba en el "colegio de superdotados". Llegamos al pueblo, Stan dejo a Rebecca en su casa y nos dirigimos a casa.
Aparco cerca de la colina. Yo me baje del coche sin mirarle, tenía ganas de llegar a casa e ir a mi habitación a patear mi almohada.
Estaba llegado a casa, cuando Stan, que estaba detrás de mí dijo:
-No te gusta que salga con Rebecca, verdad? Eso de repetir la palabra fantástico… no te lo creías ni tú, tenías el puño tan cerrado que no te corría la circulación.
Me pare en seco y me di la vuelta para contestarle:
-¿Cómo quieres que me sienta? Feliz. Pues no puedo.
-Pero lo habíamos hablado, ¿no íbamos a dejar todo como siempre?
-Pues claro, pero no puedo evitar sentirme mal. Me duele- Creí que las lágrimas me saltaban de los ojos.
- Sabes que me mata verte así, te quiero. Pero también quiero a Rebecca y no voy a dejar de estar con ella por ti. Lo siento.
Me quede en silencio, Stan no tenía la culpa, ni Rebecca. Son cosas que pasan, tendría que ser buena hermana y alegrarme o por lo menos disimular mejor. Stan se acercó a mí y me cogió de las manos.
-Si quieres cuando estés aquí evitare que no la veas conmigo, vale? Así poco a poco espero no hacerte tanto daño.
-No, tengo que superarlo.-Dije rotundamente- Es tu novia, estate con ella, no te preocupes.
-Eres increíble, te quiero-Dijo, mientras me abrazaba.
-Yo también te quiero- Dije, nos separamos del abrazo- Menos mal que entramos rápido al coche sino se hubiera quedado sin nariz- Bromee.
-Lo sé. Vi tu intención.
- Te prometo, que no intentare pegarla-Reí
-Con eso me vale-Rió el también.
Entramos en casa, estuvimos hablando y hablando como siempre hacíamos. Tendría que superar esto y lo iba hacer.
La mañana y la tarde pasaron volando. Ya era de noche, habíamos terminado de cenar, iba a dirigirme a mi habitación, cuando mi madre dijo a todos los que estábamos en casa, es decir, mi padre, Stan y yo:
- Se me olvidaba deciros que esta Nochebuena en vez de ir donde mis hermanas iremos a la casa de los Bennet.
- ¿Qué?- chille
Este día está cargado de sorpresas.


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