domingo, 20 de mayo de 2012

Capitulo 17: Malentendidos

Ya era de día, era un día nublado de otoño. Casi toda la nieve se había derretido y aparecieron algunos rayos de sol, pero seguía haciendo ese espantoso frio que yo tanto odio. Me levante con cuidado, ya que todas mis compañeras de habitación están durmiendo y no me extraña era muy pronto, demasiado pronto hasta para mí. Con la exaltación de la victoria de ayer es normal que haya dormido poco. Decidí vestirme y dar una vuelta por el colegio, y ya que estaba podría dejar el dichoso libro en la biblioteca, seguro que está más seguro allí que aquí conmigo.
Así que cogí el libro y baje a la sala común. Y para mi sorpresa había alguien durmiendo en el sofá, me acerque para ver quién era… Era Adam. Lo más seguro ha sido que le han echado de la habitación por su mal olor, me da pena. Ahí estaba tumbado en el sofá parece tan inocente, además esta monísimo cuando duerme. Me quede varios minutos observándole, no podía dejar de mirarle, hasta que por fin me fui a la biblioteca a dejar el libro. Cuando llegue a la biblioteca estaba cerrada, con lo pronto que es porque no se me habría ocurrido que estaba cerrada, la señora Prince duerme como una persona normal.
Bueno ya lo dejare más tarde, ahora daré una vuelta por el colegio. Estuve ambulando por el colegio mucho tiempo, al estar tan solo y vacío me daba un poco de miedo andar por los pasillos. Después de tanto caminar decidí salir afuera y sentarme en las escaleras de la entrada al Viaducto. Hacia un frío horroroso, pero esa corriente helada me despejo en un abrir y cerrar de ojos, además era agradable. Estuve admirando el paisaje varios minutos hasta que alguien que estaba detrás de mí dijo:
-¿Qué haces tan temprano aquí?
Me gire y entonces le vi. Adam estaba enfrente de mí con su cara de pocos amigos.
- Me levante pronto y decidí ir a dar una vuelta. Dar una vuelta por el colegio no es un delito-dije, mientras escondida el libro entre mis piernas, no quería a volver a discutir y menos a primera hora del día.
-No, no es un delito. Solo me parecía extraño, soy yo el que ha dormido en un sofá más pequeño que el.- Dijo con un toque de tristeza- Además es normal cuando todo el mundo te da la espalda, cuando eres un apestado y nadie te quiere a su lado. Sabes, es una experiencia que no se la desearía ni a mi peor enemigo. Estar solo y aislado es uno de mis terribles miedos. Pero al ser como soy tarde o temprano debería haber sucedido, gracias. Es mejor estar preparado.
En ese momento se me partió el corazón, desde cuando me había vuelto tan mala y desde cuando él va a estar solo. Tiene muchos amigos, tiene a Sam y me tiene a mí.
-Nadie se merece estar solo, sea como sea-Dije muy seria- Y no me des las gracias he sido una tonta, como he podido jugar con algo tan serio como esto-Entonces cogí el libro que estaba entre mis piernas y se lo entregue-Nunca vas a estar solo.
El cogió el libro- Muchas Gracias-dijo
-Con esto no quiera decir que nos llevemos bien, ya buscare otra broma más apropiada para ti-dije sonriendo
-Pues claro que te creías tu que todo está bien, pues sí que eres tonta-Dijo
-Oye! El único tonto eres tu.-Dije mientras me levantaba de un salto.
-Deja que lo dude-Dijo mientras el también se levantaba.
Empezamos a caminar, pasamos por el puente que va desde el Viaducto hasta el patio de la entrada. Estábamos burlándonos el uno del otro hasta que me tropecé con una estúpida piedra y me caí al congelado suelo. Odio ser a veces tan torpe!
En el suelo, me extraño que Adam no se empezara a reír de mí y para mi sorpresa me levanto con un brazo y me pregunto preocupado: ¿Esta bien? Yo le conteste que sí.
-Dios! Estas sangrando-Dijo al verme sangre en la rodilla.
-No es nada, es solo un rasguño-Dije quitándole importancia al asunto, he tenido heridas peores cuando entrenaba con Stan.
Pero mi tono despreocupado no hizo mella en Adam porque estaba más preocupado. Entonces me sentó en el borde del puente y empezó a examinarme la herida. El contacto de su cálida piel contra mi rodilla fría hizo que me temblara todo el cuerpo.
- Sera mejor que vayas a la enfermería para que te curen esto-Dijo
- No es para tanto, ya se curara.
- Podría infectarse y causar que la herida sea más difícil de curar- Dijo, pero al ver que no me movía de mi sitio, suspiro y con gran rapidez volvió a levantarme y me cogió en volandas. Entonces camino en dirección a la enfermería.
- Eh, que no es para tanto que no me estoy muriendo-Chille
-Si no te llevo no vas a querer ir, así que te aguantas y disfrutas del viaje.
Llegamos a las escaleras que se movían a su antojo. No quería que nadie apareciera y nos viera así, pensarían cosas donde no las hay y no quiero.
-Ya soy mayorcita para andar sola, ya voy yo-Dije, mientras subíamos las escales-Además seguro que te peso mucho.
- No confió en ti, no te voy a soltar. Y no pesas nada, eres como una pluma-Dijo y entonces me elevo en el aire y me volvió a coger.
-Idiota, no hagas eso y SUELTAME-Chille
Al oír mi queja se giró y se fue a la barandilla de la escaleras y extendió sus brazos, en los cuales estaba yo. Mire hacia abajo, había una gran altura, si me soltaba acabaría siendo papilla.
-¿Quieres que te suelte?-Pregunto muy serio.
- Ni se te ocurra soltarme aquí-Grite asustada.
-Segura…- En ese momento hizo un amago con los brazos, como si estuviera soltándome.
- No, por favor-Volví a chillar y le agarre del cuello con toda mi fuerza.
- Vale, vale tranquila-Se rio y se alejó de la barandilla y siguió subiendo las escaleras.
- Serás…- No pude terminar la frase porque él dijo:
- Estoy cerca de la barandilla- Me calle- Me encanta hacerte sufrir- Y volvió a reír esta vez con más fuerza que la última vez.
Al fin llegamos a la enfermería, esta estaba abierta no como la biblioteca. Entramos y al poco después apareció la enfermera Pomfrey.
- ¿Qué ocurre?-Pregunto alarmada la señora
- Se ha caído y tiene una herida en la rodilla- Dijo Adam.
- Déjela aquí señor Bennet y le curare esa herida en un santiamén.
Adam me dejo en la cama que había indicado la enfermera. La señora Pomfrey empezó a curarme la herida.
- No es una herida muy profunda, en un unos días estará curada por completo. Cámbiese de vendaje todas las noches -Dijo, terminado de limpiarme la herida y poniéndome el vendaje- Listo. A la próxima vez creo que si la herida es como esta la señorita Calaway puede venir sola sin su ayuda señor Benett.
-Ya se lo he dicho yo, pero es un terco-Dije

-Creo que usted no se quejó cuando la llevaba en sus brazos- Dijo la enfermera
Yo alucinada por sus palabras le dije: no es tan sencillo
-Bueno será mejor que nos vayamos, ya es hora de desayunar-Dijo Adam sin dar importancia de lo que había dicho la señora Pomfrey.
- Es verdad, tengo hambre. Muchas gracias señora Pomfrey.
- De nada, espero que no volváis pronto-Dijo la señora con una sonrisilla
.
Adam y yo nos despedimos y nos fuimos en dirección al Gran Comedor. Estuvimos todo el trayecto en silencio. No sabía que decir, además odiaba ese silencio así que dije lo primero que se me ocurrió:
-La señora Pomfrey tenía razón no hacía falta que me llevaras en brazos. ¿A Saber que estaría pensando?
-¿Te importa lo que digan los demás?
-No, pero no quiero que piensen cosas sobre nosotros dos.
-Oye… que soy el chico más popular del colegio, te vendría bien que te vieran conmigo.
- Pues no. Yo no quiero llamar la atención.
- Pues lo tienes difícil, con lo guapa que eres y con tu poderosa personalidad lo tienes muy difícil.

¿Desde cuando Adam me decía cosas bonitas? Y ¿desde cuando era agradable conmigo?
-¿Me estas tomando el pelo, verdad?
-
Un poco-Se rio.
- Ya decía yo-Le dio un pequeño puñetazo en el hombro.
-No me agredas-Dijo, mientras me cogía de mi cintura y me acercaba a él, nuestras frentes estaban pegadas, estábamos frente a frente- Me podría acostumbras a tenerte tan cerca.

-Y yo- Pase mi mano derecha por su cuello.
Vaya escenita! Los dos agarrados en la entrada del Gran Comedor. En esos momentos me dio igual que apareciera alguien solo quería estar así para siempre. No podía negarlo Adam me volvía loca, en todos los aspecto.
-Cassidy
Adam y yo nos giramos para ver quién era, y al ver a Jack con una cara de sorpresa y de asco por el olor de Adam nos soltamos sin pensarlo dos veces.
-Voy a buscar a Sam-Dijo Adam mientras se alejaba de nosotros.
Cuando Adam desapareció de nuestra vista Jack se acercó a mí y dijo:
-¿Qué era eso? ¿Desde cuándo Bennet y tu estas pegadito? ¿Ya no le odias? ¿Qué ha pasado?
Tantas preguntas me estaban atorando la cabeza, no sabía cómo explicarle esto porque yo no sabía tan poco como había pasado. Siempre nos pasa lo mismo…nos odiamos, no nos odiamos, esto era muy cargante.

-No es lo que parece. Me estaba tomando el pelo, es un idiota.
- Pues no lo parecía, te estaba comiendo con la mirada y las manos las tenía muy sueltas-Dijo enfadado.
- ¡Tonterías! No va a ver nada entre nosotros, le sigo odiando. Es un apestoso- La expresión de Jack se relajó un poco, menos mal no quería que estaría enfadado. Y no me extraña ayer dije que Adam era lo peor y hoy a la mañana estaba tan cerca de él. No tiene sentido- Además tengo mejor gusto para los chicos-Bromee y él se rio

-Pues menos mal. No hubiera soportado que estuvieras con él.
-¿Porque?
- Porque él y Sam son los típicos chulitos que se llevan a todas las chicas y las tratan fatal. No hubiera soportado que te hiciera algo malo a ti.
-
Tranquilo yo se defenderme sola.
- Además si vas a salir con
algún chico prefiero que salgas conmigo. Me gustas mucho eso salta a la vista.
Me quede muda, se me estaba declarando…Que le iba a decir. Le considero como un amigo, nuca me había planteado algo más. Pen
sando ahora, Jack podría ser un gran partido, es guapo, amable y se preocupa por mí, más de lo que hace Adam. Me lo podría plantear…
Al quedarme tan en silencio, el volvió a hablar:
-No quiero que me contestes ahora, ni mañana esperare todo lo que haga falta. Pero de mientras mejor que actuemos como siempre, no quiero estropear la amistad que tenemos- Se acercó a mí y me dio un beso en la frente y se fue al Gran Comedor. Me quede varios segundos como una idiota para en el mismo sitio hasta que aparecieron Jerry, Alyson y Melinda y entre con ellos a desayunar.

Seis de la tarde. Campa que está al lado del lago.
Después de un duro día de clases, Jerry, Natalie y yo estábamos en la campa que está al lado del lago, al no estar la hierba mojada nos sentamos a charlar:
-¿Qué puedo hacer con Alyson?-Pregunto Jerry por enésima vez hoy.

- Ya te lo he dicho dile lo que sientes-dije
- Pero si me rechaza, otra vez no lo soportaría-Dijo mientras miraba a Natalie- Y que hago con Melinda no le pienso decir eso a su hermana con ella delante.
- Mira, si quieres antes de decirl
e nada tanteas el terreno quedando con ella a solas y cuando estés preparado se lo dices. Ya nos ocuparemos nosotras de Melinda.-Dije
-¿Cómo?- Pregunto Natalie confusa
- Pues estando con ella, mientras estos dos estén solos. La distraemos con cualquier cosa y ya. Cuando quieras nos avisas y raptamos a Melinda todas las veces que hagan falta.
- Gracias Chicas-Dijo Jerry muy feliz y luego nos abrazó- Cuando quieras que te haga de guarda espaldas para que Hathawey te deje en paz me avisas, vale?- Bromeo

- No sé para qué te cuanto nada… Es agradable gustarle a alguien.
- Ya, pero no a una serpiente-Contraataco
- Mira el lado positivo es guapo-Dijo Nat- Y si vas con el siempre sabrás los planes de Bianca.
-Es bueno saber eso. Gana punto para ser mi novio.
- Como salgas con él no te dirijo la palabra en la vida- Dijo un poco enfurecido Jerry

- Pues entonces no te ayudo con Alyson- Le desafié
- No quería decir eso, me has malinterpretado- Se excusó el
-Ahora intenta arreglarlo-dijimos Nat y yo a la vez
Entonces nos reímos los tres, es agradable bromear de vez en cuando con amigos de verdad.

Al otro lado de la campa.
Adam estaba leyendo una y otra vez la página 209 del libro Hechizos Vengativos Vol. 2 y no encontraba nada para resolver su problemilla. No podía concentrarse, en su cabeza solo había lugar para una persona: Cassidy. Estaba preocupado por su herida, sorprendido de lo preocupado que estaba por ella y sobretodo alucinando de la manera en como su piel temblaba con un roce de su piel.
- No encuentro nada. ¡Mierda!- chillo furioso mientras tiraba el libro al césped.

- Relajate… ¿Seguro que pone algo ahí? ¿No te estará timando? Porque a ti no se te escaba nada de esas cosas de hechizos- Dijo Sam a una distancia considerable de él y con la nariz tapada.
-No creo que me esté timando, me dio el libro con buena fe.
-Bueno, pues entonces pregúntale si te dio el libro seguro que te dirá donde esta lo que buscas.
- Es que…-Adam no pudo terminar lo que quería decir porque al pensar en Cassidy su piel se ponía de gallina
- Cassidy podrías venir-Chillo Sam desde el otro lado de la campa sin hacer caso a lo que quería decir Adam.

Pude oír el chillido de Sam en toda la campa.
-¿Qué querrá este ahora?- Pregunte y me levante de mi sitio.
- Pues no sé, pero ya me hubiera gustado a mí que me llamara. Habría ido corriendo nada más decir eso- Dijo Nat con de triste e envidia.
- Seguro que me quiere preguntar algo sobre los deberes, ahora vuelvo.
Antes de dirigirme ante ellos, Jerry me dijo:
-Una cosa, si ya le has dado el libro a Adam ¿porque sigue oliendo tan mal?
- Porque para que el hechizo desaparezca, el odio trasmitido por la persona que ha hecho el hechizo debe desaparecer o reducirse, es decir, con que Adam me deje en paz durante unos días se quitara el hechizo. Eso me da tiempo para pensar más bromas que hacerle-Me reí con esto último- Es lo que tiene leerse la letra pequeña que esta al pie de página del libro- Me volví a reír.
Entonces me dirigí a donde estaban estos dos. Seguro que Adam había leído la letra pequeña y se estaría tirando de los pelos. Pero antes de llegar a mi destino, una ráfaga de calor inundo mi cuerpo y empecé a templar. Me quede parada, no podía seguir mi camino, al quedarme parada todo me daba vueltas, estaba empezando a perder el equilibrio. ¡Que me estaba pasado! La cabeza me daba vueltas, cerré los ojos un par de segundas para haber si se para este mareo, pero no. Abrí los ojos y pude ver que Jerry y Natalie estaban a mis lados y que Sam y Adam estaban enfrente de mí. Cada uno de ellos me sostenía como podían.
-¿Qué te pasa?- Oí decir a Adam
Pero no pude responder ya que me desmaye.

Cuando desperté estaba tumbada en la cama de la enfermería. Gire la cabeza y vi a Adam a mi derecha mirándome con esos preciosos ojos verdes, él estaba agarrando mi mano. Me sonrió y me dijo:
-¿Cómo te encuentras?
- Bien, me duele la cabeza, pero estoy bien.
- Que susto nos has dado.

- Y los demás ¿dónde están?
- Les he dicho que yo me hacía cargo de ti y les dije que fueran a descansar y a tranquilizarse un poco, Natalie estaba de los nervios.
- Gracias por preocuparte de mí.
- De nada, para eso estamos.
Entonces apareció la señora Pomfrey.
-¿Cómo se encuentra señorita Calaway?

Le conteste lo mismo que le dije a Adam: Bien, pero me duele un poco la cabeza.
-¿Por qué se ha desmayado?-Pregunto Adam, antes de que me diera tiempo a pestañear.
- Ha sido una bajada de tensión, a mucha gente le paso eso. Es muy probable que haya sido por el estrés, mala alimentación o incluso por…-se detuvo la enfermera y me miro con una mirada severa.
-¿Qué? dígamelo-Dije yo un poco asustada.
-¿Hay alguna probabilidad de que este embarazada?
Me quede a cuadros con la pregunta, yo me imagine que me preguntaría acerca de alguna enfermedad familiar o algo por el estilo. Además delante de Adam, si hubiera estado sola con ella no me habría sentido tan incómoda.
-No-Dije
-¿Esta segura? Aunque hayan usado protección, hay alguna posibilidad-Dijo mirándome a mí y luego a Adam. Dios! Pensaba que Adam y yo… pero que!!!! Ya sabía yo que eso de cogerme en brazos no ayudaba en absoluto. Adam también se dio cuenta a que se refería, me soltó de la mano y dijo forma cortante y tajante:
-No, nosotros no hemos hecho nada.
- Es verdad y créame no hay ninguna posibilidad- Dije, no quería chillarle que todavía era virgen y menos delante de Adam.
-De acuerdo- Dijo ella asustada por nuestra reacción- Entonces será mejor que lleve una dieta sana en la que coma comida con diversas proteínas y vitaminas, y sobretodo tómese las cosas con calma.
- Vale, muchas gracias. ¿Puedo irme ya?
-Sí puede irse ya. Señor Bennet cuídela bien.
-Lo hare no se preocupe.
Y la enfermera Pomfrey se fue y nos dejó solos. Me incorpore y Adam me ayudo a levantarme de la cama.
Levantada me arregle un poco la ropa y el pelo.
- Sera mejor que vayas a por algo de comer, estarás hambrienta-Me dijo Adam
Yo asentí y salimos silenciosamente de la enfermería. No quiero volver a esa enfermería en mucho tiempo, dos veces he tenido que ir. En el pasillo me acorde de algo.
-Tengo que hablar con el profesor Binns, el castigo, ya me lo salte ayer porque el necesitaba la clase hasta tarde. Tendré que decirle algo.
-Tranquila, ya he hablado con él y me dicho que hoy también te perdona no ir pero se lo tendrás que recompensar.
-Menos mal-Dije aliviada.
-Tienes que relajarte, te lo ha dicho la enfermera.
-Lose- Mire a Adam tenía la misma mirada de preocupación que esta mañana, estaba preocupado por mí. Me encantaba que se preocupara y más si fuera por mí. Le sonreí-Gracias por todo.
-No tienes que darme las gracias. Tenía que hacerlo, si algo te pasase…- Se quedó unos segundo en silencio luego siguió- con quien me metería yo. Me guste o no formas parte de mi vida y si faltases te echaría de menos.
No dije nada, me conmociono. Entonces me cogió de la mano, y andamos por los pasillos así, no me queje me agradaba el contacto de su piel caliente sobre la mía. Se me olvido lo que la gente diría, y sobre todo lo que la enfermera Pomfrey pensaba.
- Bueno… será mejor que vayas a coger algo para comer a la cocina a los elfos no creo que les molestes. Yo tengo que hacer unas cosas, avisare a los demás que estas bien-Se detuvo yo hice lo mismo. Poso sus manos sobre mi rosto y me dio un beso tierno en la frente- Recupérate, nos vemos.- Y se fue por el largo pasillo, mientras recorría el pasillo yo me quede mirándole. Cuando quería podía ser muy adorable y tierno.
Antes de que desapareciese del pasillo se oyeron varios gritos de chicas, Adam se paró. Y al instante un grupo de chicas se lanzaron hacia él, le agarraban de los brazos, le abrazaban, le sonreían y sobretodo chillaban alegres. ¿Pero qué esto?
Luego me di cuenta de que las chicas se acercaban a él porque no olía mal, el hechizo había desaparecido. ¿Pero cómo se ha deshecho? Si antes de que me desmayara estaba y mientras estaba inconsciente era imposible que desapareciera. Solo se ha podido deshacer durante el paseo de la enfermería hasta aquí. Sera cerdo!!!
Lo ha hecho a posta, eso de preocuparse de mí. Decir que formo parte de su vida, que me echaría de menos, darme la mano, el beso en la frete… todo mentira.
Un modo eficaz de deshacer el hechizo era hacer que sentía algo por mí para que yo me lo creyera y con eso no odiarle y quitar el hechizo.
Que retorcido, jugar así con mis sentimientos. Yo como tonta me lo creí.
Me dirigí hacia él y su grupito de idiotas. Me quede enfrente suyo, se me quedo mirando con esos odiosos ojos verdes. Quería estamparle mi puño contra su cara, pero no lo hice y dije, bueno chille:
-Eres un capullo- Todas las chicas se callaron, Adam quiso decir algo pero continúe- Lo que has hecho ha sido muy retorcido, como has podido
jugar así conmigo- quiso decir algo pero no le deje-Sabes no se va a quedar así, lo que ha pasado con lo del olor ha sido poco, ya verás.
Le deje allí con todas sus fans y me fui a la cocina que con tanta ira me ha entrado hambre.

Cassidy se fue del pasillo. Adam está muy confuso, si todo había ido maravilloso como ha cambiado así de repente. Eso pasa por no leerse la letra pequeña de los pies de páginas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario